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Decidí hacer mi casa, pero ¿cómo la hice?

  • Las primeras de 473 familias cucuteñas beneficiadas con el programa de Mejoramiento de Vivienda, pueden relatar cómo hicieron su casa, ya no como un esfuerzo en soledad, sino con el apoyo del Gobierno del presidente Gustavo Petro. 
  • Este programa promueve la concurrencia de esfuerzos y recursos con autoridades locales, como la alcaldía de Cúcuta, para atender las necesidades de las familias con menos recursos 
  • El programa de Mejoramiento de Vivienda se ha replicado en Norte de Santander y ya tiene en gestión 3.778 mejoramientos de vivienda, con una inversión de $73.570 millones.
Norte de Santander
Cúcuta

"A punta de mi trabajo la hice", respondió a la pregunta mientras su rostro reflejaba satisfacción. Así iniciaba Omaira Blanco su relato, que, si bien es particular, no es ajeno para millones de personas a las que en un momento de su vida les llegó la motivación, seguramente la necesidad, y se valieron de su empeño y capacidades para hacer su casa. Su familia hace parte de las 473 que se benefician con el avance del programa de Mejoramiento de Vivienda en la capital de Norte de Santander. 

La ciudad de Cúcuta, en la que nació y vive Omaira, como se puede ver en todo el territorio colombiano, tiene barrios y sectores tradicionales como el reconocido Guaimaral, que se ha construido así. Surgen de la constancia que se replica hasta contagiar y unir a toda una comunidad que, en consecuencia y a través de lo que se conoce como un sistema de autoconstrucción, levantaron sus casas. También parques, templos religiosos y demás zonas que hoy se configuran como lugares para el encuentro y el diálogo, fenómenos que fortalecen el tejido social. 

En el proceso fueron mejorando su vivienda. Cada paso significaba mejores condiciones para estas familias. Las mismas que desea y por las que ha trabajado Omaira, no solo para disfrutar con su hijo y esposo, incapacitado para trabajar luego de un accidente laboral. Ella es una madre comunitaria que recibe en su hogar a 12 niños y niñas de mujeres de su comunidad, pero que ella siente como propios. Sin embargo, su caso es el de miles de familias que, por condiciones que por años parecían señalar que entre menos recursos tienes más distante están las oportunidades para acceder a las ayudas, pocas opciones han tenido para tener una vivienda digna. Por eso transformar esta situación ha sido una prioridad para el Gobierno del presidente Gustavo Petro. 

Resultado de esto, Omaira, con una satisfacción que la llena de esperanza para trazarse nuevas metas, recuerda cada uno de los esfuerzos para hacer su casa y cómo ahora ha logrado mejorarla para ella y sus niños, gracias al cambio de una política pública que suma a su trabajo el apoyo del Gobierno Nacional. 

Por una tarde la sala y la cocina de Omaira se convirtieron en el epicentro de la noticia. El espacio que por años ha compartido con sus niños ahora estaba lleno de cámaras, micrófonos, preguntas y era el origen de emisiones en vivo a través de redes sociales. No era para menos, en su casa se materializó ese cambio a través del programa de Mejoramiento de Vivienda y el suyo es el testimonio que representa a miles de familias que ven sus necesidades escuchadas, incluidas y atendidas en la política pública Nuestro Hábitat Biodiverso, que el Gobierno del presidente Gustavo Petro lidera a través del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio. 

Precisamente esa tarde, Omaira recibió en su casa a la ministra Helga María Rivas Ardila. Entre el alborozo que inundaba la cuadra, la funcionaria llegó al encuentro para felicitar a Omaira por demostrar que las mujeres colombianas tienen la capacidad de sacar adelante a sus familias y levantar una vivienda con dignidad. También le manifestó que en ese camino ya no estaba sola, que el mejoramiento de su vivienda es el resultado de dirigir políticas públicas y recursos hacia la atención de los hogares colombianos con más necesidades básicas y con pocos ingresos para sustentarlas. 

“El techo y el cielorraso son una bendición, para que los niños se sientan más felices, se sientan como en un jardín de verdad”, dijo Omaira. Ella era consciente de la importancia de ese cambio en su casa, porque la cubierta que tenían era demasiado calurosa y eso los afectaba bastante, más a los niños. “Gracias por esa oportunidad que nos están dando, porque eso es mejorar nuestra vida. Vivir en una casa bien adecuada para un ser humano”, dijo Omaira. 

Esta mujer fue construyendo su casa pensando en tener un espacio y opción laboral que le permitiera estar cerca de su hijo, además de brindar un apoyo a las madres de los niños y niñas que a diario acoge. “Yo me busqué plata prestada, decoré. Busqué unas mesitas de madera que mis vecinos me prestaron. Me fui y me compré un tablón y me hice una silla. Y mire, ahorita lo que tengo. ¿Gracias a qué? A mí trabajo”. 

Llegar a barrios como el que habita Omaira requiere seguir una ruta y un paisaje que refleja la vida misma de las familias que lo habitan. Reconociendo todas esas necesidades, la política pública Nuestro Hábitat Biodiverso, a la que pertenece el programa de Mejoramiento de Vivienda, consiste en una gestión integral, que permite generar soluciones a las diversas necesidades de las familias, como el acceso al agua potable, el saneamiento básico, ordenamiento territorial alrededor del agua, zonas de espacio público. 

El Ministerio de Vivienda tiene en gestión el mejoramiento de 3.778 viviendas en Norte de Santander. Esto moviliza recursos por $73.570 millones en el departamento.

Modificado el Dom, 09/02/2025 - 18:14